Coslada junto con Getafe y Leganés, registraron en 2017 concentraciones de dióxido de nitrógeno anuales casi idénticas a las de 2011 y que rebasan lo permitido.
Así lo revela eldiario.es basado en datos recabados de la Comunidad de Madrid lo que indica que el área metropolitana de Madrid volvió en 2017 a registrar niveles de contaminación prácticamente idénticos a los que se daban antes de la crisis.
Según los informes regionales de calidad del aire, en dos zonas de un total de siete –Corredor del Henares (Coslada) y Urbana Sur (Getafe y Leganés)– se registraron en 2017 concentraciones anuales superiores a los 40 microgramos por metro cúbico, el límite máximo permitido. Coslada alcalzó los 47, Leganés llegó a los 43 y Getafe, 42. Unos valores que se parecen mucho a los anotados en 2011: 47, 44 y 44, respectivamente. Además 19 de las 23 estaciones aumentaron la media anual de acumulación de este gas nocivo en el aire respecto a 2016, según datos de la Comunidad de Madrid. De ellas, Rivas Vaciamadrid (38), Fuenlabrada (36) y Alcalá de Henares (37) son los municipios que más rozan el límite máximo anual permitido.
Coslada, Getafe y Leganés, que suman una población de casi 500.000 habitantes, habían reducido desde 2012 la acumulación de dióxido de nitrógeno –un gas perjudicial para las vías respiratorias procedente sobre todo de la combustión de los vehículos– por el efecto fundamentalmente de la crisis económica que rebaja la actividad y también las emisiones.
Pero con la recuperación ha regresado el ascenso: Coslada lleva desde 2015 sobrepasando los niveles máximos establecidos; Leganés se quedó en el tope en 2015 y el año pasado ya lo rebasó; y Getafe ha atravesado ese umbral por primera vez 2017 tras la recesión. Desde 2011 no se daban en esta localidad del sur de Madrid estas altas concentraciones medias anuales, aunque sí se había dado allí un repunte en las mediciones por horas en 2015 (límite horario), el otro valor acotado por Bruselas que de momento se mantiene por debajo de los máximos en estas estaciones.
La Comisión Europea estuvo a punto de llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la UE por el incumplimiento de la normativa comunitaria sobre la calidad del aire. El Estado sorteó la demanda después de que las ciudades de Madrid y Barcelona, las que superaban por más los umbrales permitidos, presentaran medidas más ambiciosas contra la contaminación. La capital salvó el ultimátum con el gran área de bajas emisiones de Madrid Central y el protocolo anticontaminación endurecido, en vigor desde este lunes.
Sin embargo, la Comisión Europea dejó fuera del procedimiento sancionador las zonas del Corredor del Henares y Urbana Sur, pese a que en 2017 registraron incumplimientos. Y eso que Bruselas ya estaba advertida de que estos aglomerados habían rebasado los límites permitidos por normativa años atrás. La Comisión concedió en 2012 una prórroga a la Comunidad de Madrid que le eximía de ceñirse a los máximos hasta 2014. El Ayuntamiento dirigido en esas fechas por Ana Botella (PP) también pidió una moratoria pero le fue negada.