¿Sabías que Coslada tuvo unas aguas purgantes y depurativas, muy famosas en la época, y que se denominaron ‘La Maravilla’? Pues esta es su historia.
El agua purgante que se comercializaría como ‘La Maravilla de Coslada’ se descubrió en 1865, al excavar un pozo para obtener agua para usos agrícolas en una finca situada a aproximadamente 1 km de la estación de San Fernando de Henares, en una zona que hoy está totalmente urbanizada.
Sus propietarios comenzaron a extraer y vender a pequeña escala su singular producto, no como agua mineral con una marca diferenciada, sino posiblemente bajo otra marca que contaba con manantial propio y más demanda que capacidad de extracción.
No obstante, los propietarios obtuvieron la declaración de utilidad pública en 1867.
El nacimiento de ‘La Maravilla de Coslada’
A principios del siglo XX, Perfectino Vieitez, adquiere el manantial, un pozo de 17.6 metros de profundidad, en el que instaló una bomba de extracción y depósitos, con la finalidad de explotarlo a una mayor escala.
Era una época en la que este tipo de iniciativas en torno a la salud y al agua, llenó el país de pozos, manantiales, lagos y establecimientos de tipo balneario, dando lugar a un incipiente y valorado turismo dedicado a la salud.
En junio de 1903, se encargó el análisis del agua al Instituto de Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología de Alfonso XIII dirigido por el prestigioso Ramón y Cajal. El informe realizado por Germán Cerezo, jefe de la sección de química, certificó la riqueza mineral de las aguas, ricas en sulfato de sodio.
Este hecho proporcionó a sus dueños un valiosísimo argumento propagandístico. Su publicidad, haciendo referencia a que había sido analizada por Ramón y Cajal, apareció en diversos periódicos a lo largo de las primeras décadas del siglo XX.
Así nació el manantial de aguas purgantes minero medicinales de Coslada conocido como «La Maravilla».

Fama internacional
Las aguas naturales «La Maravilla» de Coslada adquirieron incluso cierta fama internacional, llegándose a autorizar su venta en París. El mercado francés era muy importante en este tipo de aguas minerales, por lo que en 1913 su propietario presentó en ese país la solicitud para que se autorizara su comercialización, que fue examinada por la Academia Nacional de Medicina de París.
‘Aguas de Alejandro Lerroux’
En 1914, la finca, junto con el pozo de agua y las instalaciones, pasa a ser propiedad de Alejandro Lerroux, político español sobradamente conocido, que quiso potenciarlo a gran escala.
Aunque finalmente no consiguió su propósito, el negocio resistió la guerra civil de 1936, manteniendo su publicidad basada en la figura de Ramón y Cajal, e incluso haciéndola más incisiva. Según ella, este científico no solamente había “analizado” el agua, sino que también la “recomendaba”.
La recomendación no era estrictamente falsa, dado que en el análisis de 1903 con el visto bueno de Ramón y Cajal se indicaba que dada su composición, y el efecto de otras análogas, estaba “indicada especialmente para el tratamiento del estreñimiento”.
La frase publicitaria La Maravilla, aguas minerales naturales de Coslada, no es un purgante más, es el mejor, analizadas y recomendadas por el Doctor Ramón y Cajal, atribuida a un anuncio de radio, está recogida en la novela San Camilo 1936, de Camilo José Cela.
Las aguas de Coslada ‘La Maravilla’ aguantaron hasta los años 50 del siglo pasado. El desarrollo demográfico y urbanístico de la zona acabó con cualquier posibilidad de sobrevivir.

Más sobre la historia de Coslada
Bibliografía
- Martín Encinas, E. (1982): Coslada, su vida e historia. 360 págs. ISBN 84-300-8029-5.
- M. Calvo Rebollar. (2013): Las aguas minerales y sales purgantes naturales españolas. Algunas notas históricas. Boletín Geológico y Minero, 124 (3): 451-475. ISSN: 0366-0176
- Blog de Historia Alcalá Turismo y Más. Aguas de Coslada La Maravilla, purgantes y depurativas.